contaminación
La contaminación que se da sobre y contra el medio
ambiente (que tantos los seres humanos como los animales y plantas utilizamos
para vivir y desarrollarnos) se denomina contaminación ambiental, siendo la
presencia en el ambiente de algún tipo de agente físico, químico o biológico o
la combinación de alguno de estos, la que producirá este desequilibrio del que
hablábamos más arriba y que resulta ser ampliamente nocivo para la salud,
seguridad o bienestar de los habitantes de cualquier nación y por supuesto lo
es también para el resto de los seres vivos, como las plantas y animales.La contaminación puede darse exclusivamente en el suelo, el aire o el agua, aunque también puede darse simultáneamente en estos tres ámbitos.
En tanto y si la idea es buscar a los culpables de esta con nombre y apellidos, nos encontramos casi siempre con un denominador común: los productos que intervienen en los procesos de combustión, la presencia de compuestos químicos elaborados por el hombre y los desechos que tiran la mayoría de las fábricas o industrias.
Un caso testigo en este aspecto puede ser el de reciente promoción mundial y que atraviesan dos naciones vecinas como ser la Argentina y el Uruguay, quienes desde hace unos larguísimos meses vienen protagonizando una pelea legal que incluso ya demandó la atención del Tribunal Superior Internacional de la Haya y del Rey de España, por la presunta contaminación que la papelera Botnia estaría ejerciendo en las cercanías del río Uruguay, donde está establecida, y que ambos países comparten y que Argentina reclama incesantemente a través de los cortes de rutas o pasos que comunican las dos orillas.
Otro ejemplo doloroso y local consiste en la contaminación fluvial del Riachuelo, un río que sirve de límite juridiccional entre la Ciudad de Buenos Aires (capital de la Argentina) y la provincia del mismo nombre. En el curso de sus aguas se arrojan los residuos de decenas de fábricas entre las que se incluyen procesadoras de cuero y frigoríficos. El nivel de polución del río es lo suficientemente elevado para provocar enfermedades graves en la población ribereña, entre las que se incluyen las intoxicaciones por metales pesados, así como para impedir el desarrollo de toda forma de vida superior en el medio ambiente acuático.
Se ha demostrado en forma científica y fehaciente que la recurrente respiración de un aire contaminado conduce al desarrollo de afecciones cardiovasculares agudas, como el infarto o también a las de tipo respiratorio. También el debilitamiento de la capa de ozono y el efecto
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