Chaparral
Se desarrolla en regiones áridas y semiáridas
como son las laderas de algunos cerros; con un clima seco y semiseco,
con inviernos húmedos y veranos cálidos y secos. Se encuentran
arbustos que son muy resistentes al fuego, como el encinillo y
el charrasqillo, pero aún así sufren quemazones
en épocas de sequía. También crecen chamizos,
manzanita y rosa de castilla.En algunas zonas llega a ser tan densa la vegetación que no permite el acceso de animales grandes o seres humanos.
FUENTE: INEGI. Conjunto de Datos Vectoriales de Uso del Suelo y Vegetación escala 1:250 000, serie V. |
El chaparral, un medio ambiente bastante uniforme, soporta relativamente pocas especies, pero muchas de sus plantas producen bayas comestibles y dan vida a vastas poblaciones de insectos y lo que el chaparral pierde en diversidad lo gana en número de individuos. Algunos vertebrados residentes característicos son los pequeños, ratas del bosque, ardillas listadas, lagartos y otros. Un ave característica del chaparral es el chochín herrerillo (Chamaea fasciata), una especie callada cuya área coincide casi exactamente con los límites del chaparral.
La temporada de lluvias, que es la de
crecimiento, se extiende por lo general de noviembre a mayo. Durante ese
período el chaparral es habitado por cariacúes y muchas aves, que luego
emigran hacia el Norte o buscan mayores altitudes durante el verano,
que es cálido y seco. La densidad de población de aves e insectos es muy
alta cuando se aproxima el fin de la temporada de crecimiento, pero
luego disminuye conforme se seca la vegetación a finales del verano.
En el Mediterráneo, aunque la diversidad animal
residente no es grande, la de aves migratorias es muy grande ya que esta
región queda a mitad del camino entre los trópicos y las zonas más
templadas. Durante el verano, la población de aves es menor,
encontrándose solamente algunas aves tropicales, adaptadas al hábitat
arbustivo y a condiciones de aridez. Llegan al Mediterráneo en primavera
para nidificar, abandonándolo antes del comienzo del invierno. Entre
los visitantes invernales, predominan las paseriformes (tales como las
currucas y zorzales) y los patos.
Adaptaciones Vegetales. Como
comunidad vegetal, el chaparral está adaptado a las lluvias de invierno y
está, al menos parcialmente, mantenido por los fuegos naturales que
estimulan la germinación de las semillas y promueven un nuevo
crecimiento. El hábitat depende, sin embargo, de un delicado equilibrio
de fuerzas; si el fuego barre con demasiada frecuencia las laderas de
las colinas, el arbolado en período de crecimiento muere y es
reemplazado por hierba.
Para adaptarse a las fuertes deshidrataciones
estivales, las especies vegetales presentan diversos mecanismos:
reducción de las superficies evaporantes (hojas pequeñas, a menudo como
agujas o enrolladas; ramas transformadas en aguijones cortos);
protección por una abundante pilosidad que da a los tallos y a las hojas
un aspecto lanoso, o por una gruesa capa de cera (cutícula), o incluso
por un tejido especializado (corcho). La obtención del agua queda
asegurada por un aparato radical profundo que permite explotar al máximo
el perfil del suelo.
Adaptaciones Animales. Los
vertebrados residentes son por lo general pequeños y de colores
parduzcos para disimularse en los bosques enanos. Entre las aves
residentes, predominan aquellas que viven sobre el suelo y que prefieren
el matorral.
Efectos Humanos. Los bosques
esclerófilos han sido afectados desde hace mucho tiempo por la actividad
humana, en especial por el fuego y las plantaciones forestales. En todo
la región mediterránea, los bosques esclerófilos son frecuentemente
sustituidos por plantaciones de pinos y Eucalyptus, los cuales tienden a reemplazar la vegetación leñosa nativa.
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